SANTÍSIMA TRINIDAD


Este domingo celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad. Lo que creemos lo celebramos, lo que vivimos lo celebramos y es muestra de nuestra fe que se nos da. Creemos en Dios, uno y trino, esto es, Dios nos revela su intimidad en la comunión de las tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y es una llamada a la unidad en la diversidad, a la comunión en la diferencia, a la complementariedad en la ayuda mutua. Esta festividad nos es para que desarrollemos un tratado teológico del Misterio de la Santísima Trinidad, sino para dar gracias porque Dios se nos ha revelado y nos hace partícipes de su propia vida. El Dios de Jesús, que tiene deseos de amarnos, y lo ha hecho en la creación, en el hombre, en la historia; el Padre que espera el regreso de todos a su casa, y, por eso, se manifiesta, se hace uno con nosotros en su Hijo, toma cuerpo y diviniza al hombre, lo redime del pecado, lo absuelve de su culpa, y en la resurrección resucita el hombre al hombre nuevo, a la nueva creación. "Y para que no vivamos para nosotros mismos, sino para El, que por nosotros murió y resucitó, envió al Espíritu”. Y ahora, llenos del fuego divino, empapados del amor, plenos de su Gracia, llenamos el mundo de la fragancia del Reino.

Hoy celebramos la presencia de Dios, uno y trino, que crea, actúa, vive, sana y salva, comunica y extiende un silencio fecundo, que escucha el clamor del pobre y llora con él, que derrama su llanto, un Dios que sale al encuentro y espera el regreso del hijo pródigo. Creemos en el Dios que no espera sacrificios, porque El se hizo ofrenda, sacrificio, víctima, altar, que reclama de nosotros corresponder a su amor. Este es el Dios fiel, solícito, amor, pues sólo el amor es el que crea la unidad, acepta la diversidad y se entrega en la necesidad.


Javier Alonso (Vigo-64)

PENTECOSTÉS


La solemnidad de Pentecostés con la que se cierra el ciclo del tiempo pascual, 50 días, 7 semanas de 7 días, con el simbolismo que tiene este número en la Sagrada Escritura, es una invitación a celebrar el júbilo de la efusión del Espíritu Santo. La plenitud de la Gracia y de la vida en Dios se hace presente en la vida de aquel que renace en Cristo y le da los dones para hacer presente el Reino. Los 7 dones que se infunden en el creyente configuran la unidad del germen de la Iglesia que sale a anunciar la Buena Nueva. Son los siete dones, otra vez el número 7, los que despliega en nosotros el Espíritu Santo: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Así como los doce frutos del espíritu: caridad, gozo, paz, paciencia, bondad, mansedumbre, benignidad, longanimidad, fidelidad, modestia, templanza y castidad.

Nada podemos hacer si no nos dejamos primero transformar por el Espíritu Santo que recibimos de Dios y que nos habita. Si no dejamos que sea Él quien actúe a través de nosotros. Si no dejamos que sea Él nuestra fuerza y ánimo.

¡Dejémonos llevar por el Espíritu!

ASCENSIÓN DEL SEÑOR


Dice la canción "para subir al cielo se necesita una escalera grande". Muy alto se nos queda el cielo y no es cuestión solo de esfuerzo, porque, lo que está tan fuera de nuestras posibilidades solo puede ser obra gratuita del amor. ¿Es que acaso nos lo merecemos por mucha escalera que nos pongamos?. Hay un camino, el que nos enseñó Jesús. El nos dice: "el que se humilla será enaltecido", y, cuando llegaba la pasión "ha llegado la hora de ser glorificado". El que ha descendido, el que hizo el camino descendiendo hasta lo más dañino de la libertad del hombre que es el pecado, le muestra el camino de lo más grandioso de esa misma libertad, el amor. "No hay amor más grande que el de dar la vida por los amigos". Yo añadiría no hay amor más grande que el de dar la libertad, que ya no es tuya, sino que es de quien te hace libre. Es Jesús el que nos abre el camino para subir al cielo, y no, para olvidarse de nosotros. Porque quien no ha dicho alguna vez que el Descanse en paz suena a ya uno descansa definitivamente. Pues Jesús sube no para descansar, sino para reinar, y ejercer el sacerdocio, esto es, unir a toda la humanidad en el Padre por el Espíritu. Es glorificado, elevado, para que nosotros seamos elevados a la cumbre de la plenitud en el amor. Somos encaminados a subir cada peldaño pero descendiendo a la entrega. (Marcos 16,15-20).
 Javier Alonso (Vigo-64)

DÍA DE LA REGIÓN-VIGO

Gracias a nuestro fotógrafo oficial, Eloy Vidal, os ofrecemos un pequeño reportaje del encuentro del día de la región que celebramos el pasado día 26 en Vigo. Gracias a todos por vuestro ENStusiasmo.


EN FAMILIA

Los días 4 y 5 de julio os invitamos a participar en el encuentro EN FAMILIA que celebraremos en la hospedería del monasterio de Poio. En un ambiente lúdico con espacio para la reflexión, la oración, el intercambio de vivencias y en compañía de nuestros hijos queremos vivir la alegría de la vocación al amor desde nuestros ser matrimonio y familia. También podéis invitar a otras familias a que nos conozcan desde el ENStusiasmo.

BOLETIN MAYO (OURENSE)

El sector Ourense publica todos los meses un boletín al que queremos dar difusión desde estas páginas. Agradecemos el trabajo que mes tras mes realizan y les felicitamos por ello. Gracias a todos los que colaboráis por mantener vivo el espíritu y el entusiasmo de los ENS.

YO SOY LA VID


Seguimos este domingo con la identidad de Jesús. Tan grande y tan sorprendente, plural y coherente, que no nos deja indiferentes. Jesús al mostrársenos nos ayuda a conocernos, pues no habla también de la relación de Él con nosotros y de nosotros con Él. Una vez más insisto, no nos dice, yo soy como, sino, YO SOY. Y esta palabra nos recuerda quien es para nosotros. El es la VID y nosotros los SARMIENTOS. Sin estar unidos a Él no podemos hacer nada, y así nos lo enseña, no podemos hacer nada. Haremos cosas para nosotros, pero no en Él. Unidos, corriendo por nuestro interior la "sabia" del Espíritu que nos da vida. Al podar una viña uno ve el interior de las ramas y descubre que es igual su textura, su sabia, su color, su vida. Así nosotros unidos al Señor, si realmente lo estamos, no tendríamos que ser distintos de Él. No digamos es que no sé, no puedo, no valgo, es Él el que va por todo nuestro ser llenándolo de vida, renovándolo todo, infundiendo la vitalidad. Si estamos separados de Él nos secamos, nos morimos. Sin Él lo que tenemos es tristeza, desesperanza, perdemos la mirada de futuro y sólo nos buscamos a nosotros mismos.
Ser en Cristo para dar gloria a Dios y dar fruto abundante. Gloria a Dios, unidos a los ángeles, gloria a Dios y paz a los hombres, mirar al cielo para llenar la tierra, llenarnos de Dios para nutrir al hombre, empaparnos de Dios para alimentar al mundo. Dice San Ireneo, "la gloria de Dios es que el hombre viva". Glorificar a Dios llenando al hombre de los frutos de santidad. 
Hoy, día del Señor, domingo pascual, levantad los ojos a los cielos, sentid como corren por vuestras venas la fuerza del Espíritu y dad gloria a Dios. Hoy domingo venimos a saciar nuestra sed de vida y santidad para mejor servir y amar.
(Juan 3,18-24)
¡Feliz domingo!
Javier Alonso

Vigo-64