Después de haber leído el mensaje del papa Francisco
con motivo de la Jornada Mundial de Oración por la Paz, que, desde hace 49 años
viene realizándose el día primero del año, siento en mi interior un fuerte
impulso para ponerme de rodillas y suplicar al señor que me conceda el corazón
misericordioso para acoger, amar y servir a mis hermanos. ¡Cuánta indiferencia
que cierra el corazón!. Sí, porque Francisco llama la atención sobre las
actitudes actuales que llevan al hombre a pasar de largo, como los personajes
de la parábola del Buen Samaritano, ante el sufrimiento ajeno. Tres son las
indiferencias que marcan la lejanía del hombre a la misericordia propia del
hombre: la indiferencia a Dios, a los demás y a la creación. Tres ámbitos de
relación que se rompen en el pecado, pues la vanidad y el egoísmo nos sitúan
como autosuficientes, despreciando quien nos da vida, con quien caminamos
en la vida y dónde caminamos por la vida. Una intensa y fuerte llamada que
siento hace el Papa a romper con el dinamismo del pecado que nos aleja de la
unión con Dios, de la fraternidad y de la alabanza con las criaturas.
Quisiera
comenzar este nuevo año dejando forjar en el corazón y en la vida esta frase
del mensaje " la misericordia es el corazón de Dios", o esta otra
"la compasión surge de la fraternidad".
Quiero unirme a la llamada que hace el Papa a toda la
sociedad, pensando en los miembros más débiles, objeto de la misericordia, los
encarcelados, los emigrantes, los parados, las mujeres, los enfermos y los
niños. Y, por último, quiero unirme al recordatorio que hace del sentido
jubilar de la abolición de la pena de muerte, de promover una amnistía para
presos rehabilitados y la abolición de la deuda de los países pobres adoptando
proyectos de desarrollo.
Hermanos y hermanas os deseo lo mejor para todos y la
mejor de las bendiciones. Sed muy felices y llevad a todos la misericordia.
Os facilito el enlace para poder leer íntegro el
mensaje del papa para este primer día del año.
¡Feliz Año Nuevo!
Javier Alonso
Consiliario Regional EDIP