Nos
piden que escribamos algo para el Día de la Región, dónde mostremos nuestras
experiencias como Responsables Regionales de 1998 a 2002.
¡Hace ya tanto tiempo! Sin embargo las
vivencias fueron tan ricas e intensas que las tenemos muy presentes aún hoy.
También es cierto que echamos mano de la
Carta de mayo-junio del 2001, dónde también nos pidieran nuestra colaboración
de la Región Galicia…
Allí hablamos de nuestro Sí, no fue un Sí
como el de María (qué más quisiéramos…), fue un SÍ con miedo pero con ilusión,
con dudas pero decididos a dar lo mejor de nosotros, a un Movimiento del que
tanto recibimos. Y convencidos de que contábamos con la ayuda del Señor, que es
quién nos llama.
Unos años en los que el tiempo se volvió
servicio, el cansancio ofrenda y las dificultades oración. Nunca nos sentimos
solos y Su Presencia la fuimos percibiendo en cada uno de los miembros de ENS,
a los que nos acercábamos para compartir sus preocupaciones y las nuestras.
Fueron cuatro años de intenso trabajo,
haciendo equilibrios de tiempo con nuestros quehaceres laborales y familiares pero
con el apoyo total de nuestro equipo Ourense 15. La tarea mereció el esfuerzo,
sobre todo por las experiencias vividas con muchas parejas y consiliarios, que
nos ayudaron en este tiempo y en nuestra vida.
Y aquí queremos resaltar lo gratificante que
ha sido trabajar con un magnífico equipo de región formado por todos los
Responsables de Sector y Consiliarios: Orar, reflexionar, discernir, planificar
y animar todos, juntos, colegiadamente, teniendo en cuenta la realidad de cada
Sector y de nuestra región Galicia.
También han sido nuestro apoyo y nuestra
fuerza el Consiliario Regional: Bruno y el matrimonio Carmiña y Eladio. Sin
ellos dudamos que pudiéramos llevar a cabo la tarea que aceptamos.
Por último, nombrar al verdadero motor de
todo ello: el Espíritu, que se hizo presente de un modo tan claro como nunca lo
habíamos sentido. Estábamos en el CAMINO, todos los miedos, las dudas se vieron
desvanecidas…
Gracias a los Equipos de Nuestra Señora por
todo lo vivido en esta y otras responsabilidades. Os animamos a que siempre las
aceptéis con los ojos cerrados. Siempre recibimos mucho más de lo que damos.
Jesús preguntó a Pedro: ¿Me amas?, no le
preguntó si estaba capacitado para llevar a cabo su misión. El Señor es quien
nos capacita, por eso os animamos a aceptar siempre las responsabilidades que
os propongan. Os lo decimos desde la experiencia y desde el corazón. ¡Es una
riqueza y una alegría! El Señor actúa a través de TODAS las personas que pone
en nuestro camino.
Recogiendo unas palabras de M. Iceta:
…”nuestra contribución valdrá lo que valga nuestra ofrenda personal,
independientemente de la magnitud de lo conseguido”. Lo más importante es el amor
que pongamos en lo que hacemos. Y este ha sido total por parte de todos y ahora
les recordamos con cariño y agradecimiento: Soco y Gerardo, Mila y Román, Andrés
e Inés, Jovita y Gonzalo, Luisa Fernanda y Arturo, María José y Santiago,
Mónica y Javier, Carolina y Manuel, Loli y Juan, Maruchi y Jesús, Lourdes y
Cándido María Jesús y Paco y los Consiliarios: Mario Vázquez, Celso Lourido, J.A. Santos, Miguel A. Cruz, Francisco Prieto, J.L. Rodríguez Grande, Francisco
J. Alonso, Angel Tomás, Jorge Estévez, Eloy Vidal… y también, como no, a los
que nos pasaron la responsabilidad: María Paz y Luis y Juan Cancio. Gracias a
todos.
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Entregados con ilusión, alegría y esperanza,
convencidos de que esa es la voluntad del Señor sobre nosotros, ayudemos a que
los nuevos matrimonios, emprendiendo un nuevo camino, descubran como nosotros
que el seguimiento de Jesús es camino de felicidad y de santidad.
Queno y Mª Luisa Moreiras-Lamelas